Pero, conforme me fui adentro en el programa, me di cuenta que era como un niño. Desde un principio, me comprometí con los ejercicios y prácticas, y el proceso de introspección, sanación y liberación fueron muy significativos. Las prácticas de meditación guiada han sido increíbles, llevándome literalmente a un despertar cada vez más pleno en mi Dios.
Siento que soy alguien diferente pero no acabado, que puede dar más para que otros salgan adelante y encuentren su verdadero destino en esta vida.
¡Gracias! La verdad: no quería que terminara. Espero poder repasar este curso y aprovechar mi membresía. ¡Bendiciones!