Por ejemplo, soy mucho más amable conmigo y me escucho antes de contestar. Me encontré poniendo límites muy saludables a las personas que se aprovechaban de mi tendencia a la culpa. Respeté mi tiempo y lo hice con alegría. Esto es algo nuevo para mí: respeté la resistencia porque normalmente soy muy disciplinada y voluntariosa.
Otro logro: me anoté como voluntaria en un hogar de chicos en tránsito en San Isidro. Se llama Amaranta. Es admirable el trabajo que hacen y necesitan padrinos!
Adoro el diario de gratitud y lo hago hace mucho. Yo diría que me trajo abundancia de todo tipo incluida la material.
Respecto a mi autocrítica –que siempre fue bastante fuerte– aprendí a transformarla en un susurro que ahora puedo escuchar y que me ayuda a evolucionar.
Feliz de haberme inscripto, estoy asombrada de la energía que tengo. Gracias a todos por los aportes y gracias a la “testarudez” de Verónica y Florencia que, pese a las dificultades siguieron con su pasión y crean esta ola de bienestar.